Foto: María Emilia Paris. Puerta del Sol Mayo 2011
El tiempo avanza, y la preponderancia de los medios de comunicación tradicionales (diarios, radio y televisión) se va perdiendo. Más restricciones sobre los contenidos y subsidios estatales son algunas de las estrategias que este viejo mundo utiliza para reaccionar y evitar un final que parece inminente. El tiempo avanza, y las personas también cambian. Los consumidores ya no se limitan a consumir los contenidos de la red, sino que ahora también los producen, son “prosumidores”.
Por un lado las grandes crisis económicas y sociales actuales, que llegaron con fuerza incluso a los países del primer mundo, donde jóvenes cualificados se encuentran desempleados; las grandes compañías y sus aún más grandes estafas; la riqueza en pocas manos; los grandes medios de comunicación que intentan dirigir toda y cada parte de la vida de las personas. Por otro lado: la red, que incluye y unifica.
No sorprende entonces el fenómeno de la indignación. La opción a la indiferencia, que hizo que cientos de miles de personas en todo el mundo salieran a las calles básicamente para pedir por una vida más justa. ¿Twitter, Facebook, blogs, y otras plataformas virtuales, tuvieron un rol determinante?
Como sobre casi todo en esta vida, existen diferentes visiones respecto de la tecnología. Estarán los que con una posición llana la equipararan con un artefacto. Otros creerán que la tecnología es simplemente aplicar la ciencia a las acciones humanas. Pero también se encontraran aquellos que tienen una mirada superadora: la tecnología como “proceso social”. Esta posición plantea a la tecnología como algo complejo, que integra a las personas y a las diferentes organizaciones, todas portadoras de propósitos, destrezas y conocimientos. Se la comprende más allá que como un conjunto de aparatos y técnicas, y se le reconocen factores políticos, sociales y culturales.
Los objetos entonces han dejado de ser exclusivamente físicos, existe el ambiente virtual. Gracias al cual muchísimas personas han encontrado el lugar en el cual compartir, discutir, hablar, pelear, construir e intercambiar lo que han querido o necesitado. Los “indignados” son un claro ejemplo de esto.
El movimiento de la indignación se diseminó durante el 2011 por todo el mundo:
El carácter cosmopolita de Madrid favoreció a que el movimiento de la “indignación” se divulgara por el resto del planeta. Aunque la espontaneidad jugó un rol importante, más aún lo fue la organización. “Democracia Real Ya!” es la plataforma desde la cual se organizaron las manifestaciones del 15 de Mayo en Madrid y del 19 junio en toda España. Según datos enviados por la asociación a los medios “el 19–J con sólo 3 semanas de captación vía redes sociales y desde los asentamientos 136.050 personas asistieron a las movilizaciones en toda España, triplicando a los 45.438 que se reunieron el 15-M tras una campaña de organización de tres meses”
“Democracia Real Ya!” se define en su página web como un “movimiento político, en el sentido de que quiere influir en política" pero "apartidista y asindicalista". “Queremos ayudar a coordinar acciones globales y comunes entre todas aquellas asociaciones, grupos y movimientos ciudadanos que, a través de distintas vías, están intentando contribuir a que la actual situación cambie. Somos un movimiento pacifico”, clarificó Manuel Sánchez Rodríguez, doctor en filosofía de la Universidad de Granada y vocero de la asociación.
Además de España; Grecia, Francia, Inglaterra, Alemania, Suecia, Italia, Holanda, México, Estados Unidos, Brasil y Argentina fueron algunos de los países que también se sumaron a las convocatorias que hicieron los “indignados” por medio de las redes sociales.
Mapa publicado por el Data-blog del diario The Guardian sobre todas las protestas de indignados en el mundo
Sanchez Rodriguez aclaró que “de una buena organización y coordinación dependió que las marchas se realizaran correctamente a nivel mundial el 15 de octubre pasado”
La situación actual de solidaridad entre los “indignados” de los diferentes países responde al lema pacifista de la organización. Como resumió creativamente al ser entrevistado uno de los primeros indignados, Diego Amaya: “A mí me recuerda un poco a la escena de la película Forrest Gump en la que Tom Hanks va corriendo. El tío se tira dos años corriendo, pero de repente llega un puñado de gente detrás apoyándole y él se para, va a hablar y dice, “Me voy a casa”; y los deja allí a todos con cara de bobos. Nosotros de ninguna manera podemos ni vamos a hacer eso. Hemos encendido la llama, debemos mantenerla”.
Así lo dijo Hessel en un texto dirigido a los indignados el año pasado: "Crear es resistir. Resistir es crear"